Las emociones que surgen en el comercio son, en esencia, una forma de energía; cuando se acumulan hasta cierto punto, pueden explotar. Los traders racionales, cuando enfrentan un mercado adverso, suelen mantener la calma siempre que no experimenten pérdidas consecutivas; incluso si las pérdidas consecutivas desatan un desequilibrio emocional, buscarán otras formas de canalizar y aliviar esas emociones.
Suspender las operaciones del día después de tres paradas de pérdidas es una regla de hierro en el trading: en este momento, cualquier operación adicional es muy propensa a caer en la emocionalidad, y el trading descontrolado a menudo tiene consecuencias graves. Los inversores experimentados se obligan a sí mismos a evitar operaciones emocionales mediante la elaboración de un plan de trading, algo que los inversores comunes encuentran difícil de lograr. La mayoría de los inversores, especialmente los novatos, son fácilmente influenciados por sus emociones cuando las operaciones no van bien.
Esto se debe a que los inversores minoristas carecen tanto de habilidades de negociación como de reglas y disciplina en el comercio, y además no saben cómo manejar sus emociones, lo que hace que las pérdidas se conviertan en la norma. En el comercio, la única herramienta para combatir las emociones es la estricta ejecución de reglas. Solo al dar importancia a las reglas y esforzarse por cumplirlas se puede mantener el equilibrio en medio de las fuertes fluctuaciones emocionales.
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Las emociones que surgen en el comercio son, en esencia, una forma de energía; cuando se acumulan hasta cierto punto, pueden explotar. Los traders racionales, cuando enfrentan un mercado adverso, suelen mantener la calma siempre que no experimenten pérdidas consecutivas; incluso si las pérdidas consecutivas desatan un desequilibrio emocional, buscarán otras formas de canalizar y aliviar esas emociones.
Suspender las operaciones del día después de tres paradas de pérdidas es una regla de hierro en el trading: en este momento, cualquier operación adicional es muy propensa a caer en la emocionalidad, y el trading descontrolado a menudo tiene consecuencias graves. Los inversores experimentados se obligan a sí mismos a evitar operaciones emocionales mediante la elaboración de un plan de trading, algo que los inversores comunes encuentran difícil de lograr. La mayoría de los inversores, especialmente los novatos, son fácilmente influenciados por sus emociones cuando las operaciones no van bien.
Esto se debe a que los inversores minoristas carecen tanto de habilidades de negociación como de reglas y disciplina en el comercio, y además no saben cómo manejar sus emociones, lo que hace que las pérdidas se conviertan en la norma. En el comercio, la única herramienta para combatir las emociones es la estricta ejecución de reglas. Solo al dar importancia a las reglas y esforzarse por cumplirlas se puede mantener el equilibrio en medio de las fuertes fluctuaciones emocionales.